martes, agosto 30, 2005

Tolerancia

¿Qué dice la palabra Tolerancia? Tolerar siempre tendrá ese pequeño toque de padecer. Aguantar, resistir incolumne, silenciosa y estóicamente contra una creencia en la cual uno no puede creer y no puede siquiera comprender ni considerar.

Cada que alguien, y es algo que ya había expresado en otro lado, dice que hay que tolerarlo (el sentido común que se le da a respeta mi punto de vista) y como dije eso implica padecerlo, aguantar su estúpida plática por... Obligación social.

La otra opción es el respeto a la creencia ajena, este respeto no es considerar un punto de vista como inferior a mi y solo digno de resistencia, sino con un valor epistemológico superior, más que creer, siempre considerarlo como un saber... Así, como tal, debe ser criticado, comentado y analizado. No con dureza, con igualdad.

lunes, agosto 29, 2005

Desde la Rafa casa

Estuve v8iendo la pelìcula de Shangai Kid, ¿Què le sucede a los gringos? El horrible grito contra la entrada inmedida de extranjeros a su tierra... Frases absurdas e insoportables como: "Ya no estàs en el este, ahora estàs en el oeste"... Se convierten poco a poco en un insulto humano hacia la diversidad.

Debemos recordar que asì cayò el imperio romano, que algo parecido le pareciò al imperio del Magno, el imperialismo y la globalizaciòn perturban a los soldaditos idiotas de un grupo globalizante, la anarquìa en su estilo de globalifòbicos; pero siempre cae y nosotros debemos dejar de preocuparnos por los "lazos" que nos gobiernan ahora y empezar a construir las bases para lazos nuevos y menos engañosos.

Culpemos a Shangai Kid solo por ser idiota, no por ser peligrosa.

jueves, agosto 25, 2005


�Ser� terrible que la izquierda se encuentre problematizada por las afirmaciones de Marcos? �No ser� acaso que escuchando todas las posturas de la izquierda realmente construyamos una izquierda honesta (no las burdas imitaciones del Perder�)? Lo dejo a su consideraci�n. Posted by Picasa

lunes, agosto 22, 2005

Bioestética, Foucault de regreso

Lo siguiente pueden encontrarlo en la revista Replicante No. 4, y quisiera mandarlos directamente a la página web de la revista, sin embargo parece que no consideraron importante o pertinente la exposición de Tarek Elhaik, así que la pongo aquí. Las fotos de las que son preludio las pueden encontrar en http://www.revistareplicante.com/indicefotografia.html el resto está aquí abajo:

Bioestética

Tarek Elhaik

En el primer volumen de la Historia de la sexualidad Michel Foucault dice que una de la[s] principales características del poder moderno, lo que él llamó el bio-poder, es "la de haber puesto a la 'vida' y sus mecanismos dentro del dominio de sus cálculos y haber hecho que el saber-poder es el agente de transformación de la vida humana". Puede describirse el bio-poder como relaciones de fuerza que producen formas de vida sujetas a intervenciones morales y éticas. A partir de este acontecimiento surgen y se normalizan las nociones hegemónicas de la[s] sociedades disciplinarias: la población, la anatomía y la teralogía; las ciencias sociales; la racionalidad política del Estado de bienestar; las tecnologías reproductivas y el control natal; la llamada bioética; la relación entre la salud de un sujeto-ciudadano moral (la madre y el atleta en particular) y la vitalidad de una nación (organicismo); las nociones estadísticas como la tasa de nacimiento, la esperanza de vida; en fin, la bio-medicalización de lo cotidiano. Se normaliza una nueva conceptuación de la vida, ambiguamente secularizada y sacralizada, donde lo que importa son las capacidades individuales y colectivas, la salud pública y la higienización de los espacios públicos. Este poder, enseña Foucault, no es tanto represivo sino que es productivo: productivo de varias formas de vida localizadas en el umbral entre vida y muerte, entre concepción y aborto, entre lo orgánico y lo inorgánico, entre lo moral a incluir y lo indecente a excluir: el inmigrante y el refugiado, el seropositivo, el revolucionario y el militante, el terrorista, el pobre, la mujer embarazada.

El bio-poder inaugura nuevas prácticas de vida, modos de existencia, estilizadas y estetizadas. La bio-estética - Según Foucault - sería entonces nada más que una respuesta al poder moderno, una manera de vivir, es decir, de franquear la ontología moderna de inclusión y exclusión, de vivir en el umbral delimitado por el poder moderno, vivir como una serie de repeticiones y experimentaciones con uno mismo, una manera de experimentar con el cuerpo y el "bios" como "materia" de un trabajo artístico. La bio-estética es el intento, y nada más que el intento, de rebasr las categorías de lo social y de inventar formas de vida postdisciplinarias que desborden el marco conceptual que mezcla poder, 'bios' y corporalización. Hacerlo con humor, ¡mejor aún!

Tarek Elhaik (Casablanca, Marruecos, 1970) es antropólogo por la Universidad de California en Berkeley y curador de cine. Vive en la Ciudad de México.

lunes, agosto 15, 2005

Ética Estética I



<está esencialmente contenida en esta
simple idea: un argumento puede
engendrar una forma y por tanto
la elección del argumento es una
elección esencialmente estética.>>
Noël Burch. Praxis del cine. Citado por
Jordi Balló en Imágenes del silencio.


La meta de este ensayo es lograr relacionar la ética y la estética. Esto a través de la pregunta ¿Cómo afecta el concepto de lo virtual al establecimiento de un planteamiento ético? Y se pretende llegar a la respuesta partiendo éticamente de las consideraciones levinasianas sobre lo Otro y Mismo; considerando la propuesta de Rawls sobre la Justicia como un concepto político, no metafísico, y la producción valorativa a través del denominado “overlapping consensus” y la conceptualización de la virtualidad como proceso humanizante que propone Lévy. La resolución pretende avocar una relación ya antigua entre ética y estética, pero poniendo como cabeza de esta relación el carácter estético.
Para poder entrar de lleno en el problema tenemos que enfrentarnos primero con dos problemas distintos que están colocados implícitamente como resueltos en el cuestionamiento: ¿Qué es lo virtual? Y ¿Cuál es el planteamiento actualizante ético frente a lo virtual? Para la primera pregunta usaremos a Lévy y para la segunda a Rawls.
¿Qué es lo virtual? El cuestionamiento sobre lo virtual siempre ha dirigido a encuadrar lo virtual en relación con lo real y como producto del mismo, considerando a lo virtual como lo posible y sin un carácter ontológico propio; este cuestionamiento debería dirigirse más al señalamiento particular de lo virtual como tal, y no de sus partes negativas. En otras palabras, dirigirse a la “sustancia” de lo virtual.
La primera característica que propone Lévy[1] es la de la diferencia entre real y virtual, equívoca completamente. El carácter de lo virtual siempre se encuentra en los límites de las realizaciones materiales, pero no como inexistente sino como extraído. La palabra virtual proviene del latín virtualis, potencia, y “en la filosofía escolástica, lo virtual es aquello que existe en potencia pero no en acto”[2]. Es decir, el carácter de lo virtual siempre es una, y utilizo el término con renuencia, posibilidad muy distante de ser sólo posible o probable, porque ya está determinado lo posible, y lo virtual varía siempre de su potencia a su acto. Por tanto lo virtual existe y no se enfrenta a lo real, pues también es una realización.
Su potencialidad, la de lo virtual, se resuelva una sola vez por acto y en cada actualización lo virtual no se pierde, siempre escapa de un aquí y un ahora, para continuar presentándose como potencialidad problemática. En esa problematicidad encontramos a segunda característica propuesta por Lévy.
Lo virtual se encuentra como problema tanto temporal como espacial, siempre escapando de ambos determinismos, siempre cambiante e impreciso, casi como un electrón. Lo virtual precede a un tiempo pasado y antecede a un tiempo futuro; es partícipe de un aquí impreciso que puede ser cualquier aquí. Para hablar en términos hegelianos, lo virtual es el objeto de la certeza sensible y se presenta como un “ahora […] que se mantiene por el hecho de que otro […] no es”[3], pero, a diferencia del objeto de Hegel, es un aquí que es aquí no por la negación de un hecho conciso (a saber, el árbol o la casa), sino por la afirmación de un aquí en todos esos aquí. La pérdida de tiempo y de lugar es la tercera característica de lo virtual.
Habrá que hablar con más detalle de las características de ese aquí “desactualizado”, todo aquí, se convierte en todos los aquí; el lugar público se vuelve así en mi lugar privado y mi lugar privado está al alcance de todo el público. Esa pérdida de la privacidad se ve recompensada por la pérdida de la comunidad. Esta idea, que es la cuarta característica de lo virtual, nos lleva a la indistinción del concepto individuo y el concepto comunidad o, para ser más justos con la exposición, a la unión casi indivisible de ambos conceptos.
La idea de virtualización parece completamente comprendida, pero sigue existiendo como producto de una primera realización y como razón necesaria para una actualización, pero el proceso inverso también es factible. Es este proceso el que sucede en la actualidad, el proceso en el que la problematización es un proceso constante y eficiente para la recreación de la sociedad.
En ese proceso, Lévy propone a la cultura como factor virtual partícipe de una humanización y propone tres virtualizaciones que han cooperado en la creación de lo humano: el lenguaje, la técnica y el contrato. Hay que analizar estas virtualizaciones con detenimiento.
“El lenguaje, en primer lugar, virtualiza un <>”[4] y localiza a los seres fuera de su prisión existencial en el sentido Heideggeriano (Dasein) y los impulsa a salir de un aquí y un ahora; para permanecer en tiempo en su completa extensión, tiempo que “como extensión completa sólo existe virtualmente”[5]. En la escritura también podemos ver el paso de lo privado a lo público que ya habíamos señalado anteriormente; el momento en el que yo realizo algún signo de cualquier tipo, este abandona la actualización del presente privado y se extiende a su multiplicidad pública e intemporal.
En la virtualización producida por la técnica tenemos que considerar 2 cosas, la primera es la señalada por el autor que seguimos y la segunda es el carácter que el término teckné tenía en la antigüedad y que nos deja abierto un amplio sentido de virtualización. Sigamos pues al autor. La virtualización no tiene que desaparecer al objeto, no es un objeto real que desaparece en pos de un objeto posible, sino que también produce esa desterritorialidad física en el hombre y separándose de este objeto actual que es el cuerpo crea un objeto nuevo que virtualiza al hombre: La herramienta. Esta es más que una extensión del cuerpo, es “una virtualización de la acción”[6].
La técnica virtualizará todo el campo de acción humano y convertirá la imposición fáctica en una variable.
El carácter del teckné griego convertido en ars latino permite mostrar el lazo artístico de esta virtualización; el arte cumple con las características señaladas y desborda un lazo mucho mayor, a través de la virtualización del actuar el arte puede virtualizar no sólo el actuar sencillo, sino virtualizar el actuar según una virtualización; en otras palabras, el arte virtualiza toda acción humana.
El contrato es la virtualización de la violencia, este contrato nos interesará más a la luz de esta expresión de Lévy: “Los rituales, las religiones, las morales, las leyes, las reglas económicas o políticas son dispositivos sociales para virtualizar las relaciones fundadas en las relaciones de fuerza”[7]. Ahí tenemos nuestra solución, la moralidad es un proceso de virtualización; se presenta siempre como una actualización y ese es el detalle que nos consterna, siempre se presentará como una actualización y siempre seguirá existiendo como una virtualización.
Hemos señalado las 3 virtualizaciones levyanas que producen lo humano, pero tendremos que señalar el punto más importante, más que señalarlo, recalcarlo: La estética (en el sentido artístico moderno) es una virtualización de las virtualizaciones; las sensibilidades baumgartianas se vuelven parte de la sociedad y es a través de estas sensibilidades que se permite captar el profundo sentido analítico del arte: las sensibilidades expuestas son sensaciones de las externidades reales y actuales, son sensaciones del actuar humano. El arte toma este actuar humano y lo saca del acto; lo vuelve un problema a tratar: un objeto virtual; volveremos a esto después de analizar las afirmaciones de Rawls.
Para poder comprender las razones de Rawls tendremos que hacer una perífrasis que comenzará en Levinas para poder demostrar algunas razones de peso para las conclusiones tanto de Tugendhat como de Rawls.
Levinas propone una separación extrema: “L’idée de l’Infini suppose la séparation du Même par rapport à l’Autre”[8], pero esta separación no existe como una antítesis, sino en una confrontación moral: “ce que je me permets d’exiger de moi-même, ne se compare pas à ce que je suis en droit d’exiger d’Autrui”[9]. Lo que estoy en derecho de pedirle al otro, es completamente distinto de lo que me puedo exigir a mí, pero ¿cuál es ese Otro levinasiano?
No podemos señalar realmente cual es ese Otro, pues no existe un Otro en relación antitética con Mismo; este Otro es un Otro expresado en una superioridad metafísica, es en el Otro donde se encuentra la verdad y es lo Otro lo que determina la relación con Mismo, “le Même ne peut rejondre l’Autre que dans les aléas et les risques de la recherche de la vérité au lieu de reposer sur lui en toute sécurité”[10] . Es Mismo el que debe de buscar encontrar a Otro, y lo tiene que buscar en la subjetiva afirmación de la verdad, verdad volátil en el discurso hermenéutico.
El problema de este Otro superior a Mismo es que esa virtualidad implícita jamás se actualiza, Otro siempre será una generalidad inabarcable para Mismo y Mismo no puede decidir que está en derecho a exigirle a Otro, porque no hay un otro específico al cual exigirle: es un otro Infinito, pero a la vez es un otro desterritorializado, un otro público, un otro virtual. Cuando afirmamos la superioridad e infinitud del concepto Otro estamos negándole su capacidad de reducirse e incrementarse, el Otro virtual sólo puede existir como Este Otro virtual; jamás se actualizará. El proceso moral como lo afirmamos quedará detenido en su momento de actualización y la virtualización de la violencia es violencia contra ningún ser en un aquí o ahora, sólo contra un ser separado (l’être séparé).
El otro debe de poder actualizarse y esa actualización se produce en cada ente, para poder utilizar la pregunta moral de ¿Cómo tratar al otro? Debo de poder señalar al otro, la desparticularización del concepto me llevará a una metafísica que no puede señalar conceptos éticos por caer en concepciones externas, en palabras de Tugendhat: “una proposición moral […] no puede ser una proposición empírica, por lo que sería entonces una proposición teórica, y no de deber, […] sólo puede basarse o en una decisión […] o de un a priori formal, no metafísico”[11]. Rawls comprenderá lo mismo. Previo, tendremos que hablar del concepto justicia y su relación con la idea de lo que estoy en derecho de exigir.
La justicia para Rawls debe de considerarse como un plan de iguales derechos básicos e iguales libertades básicas, un plan que sea compatible con el plan de la sociedad; además de satisfacer dos condiciones que sobrelleven las desigualdades sociales y económicas, primero, tratar de ofrecer condiciones de igual oportunidad para todas las clases y, la segunda, deben ofrecer los mayores beneficios a las clases menos aventajadas. Desde este momento podemos observar que la idea de justicia para Rawls no se encuentra en exigirle a Otro, sino ofrecerle, el derecho que tengo existe como ofrecimiento y esas exigencias levinasianas resultan contrarias a la idea de justicia, aún a la idea de igualdad.
En este sentido, Rawls afirma a la justicia como equidad (Justice as Fairness), como una igualdad de derechos y de condiciones que dejan de lados algunos conceptos filosóficos como “claims to universal truth or claims about the essential nature and identity of persons”[12]; al dejarlos de lado convierte la discusión en un problema político y abandona el carácter metafísico que Lévinas había intentado meter en la discusión.
Para abreviar el concepto de Rawls sobre la justicia, que podemos observar como el motor moral de Kant o de Lévinas, podemos resumirlo en 2 citas que nos iluminan la concepción de justicia como equidad (Justice as Fairness): “A political conception need not be an original creation but may only articulate familiar intuitive ideas and principles so that they can be recognized as fitting together in a somewhat different way than before”[13]; que nos permite observar la concepción política como una constante problematización en la que sale a relucir la idea de la ética legal de Kant, donde “parece deducirse lo correcto en cada actuación del principio moral general”[14], idea completamente virtual. La otra cita nos hablará de la necesidad de consensar las opiniones sobre justicia, la cita reza así “[…] a political conception of justice, to be acceptable, must be in accordance with our considered convictions, at all levels of generality, on due reflection [reflective equilibrium]”[15]. Esta nos habla de concepciones generales que deben, como señalará más adelante, ser apoyadas por lo que llama “overlapping consensus”[16]. En otras palabras, es el grupo de individuos quien resolverá a través del continuo actuar, lo que es correcto o justo. Cada decisión humana actualiza la teoría moral, pero la mantiene siempre existente como virtual. La ética se presenta como un actuar humano que intenta no sólo virtualizar las relaciones de violencia, sino también actualizarlas como relaciones equitativas.
El arte, como habíamos señalado, virtualiza el actuar humano como sensibilidad de ese actuar; señalemos que lo virtualizado es lo que sentimos de ese actuar y de ese modo dejar al descubierto la virtualización que es ese actuar. Esta virtualización también realizará un trabajo hermenéutico al permitirnos observar todo lo que en ella existe, una imagen nos ofrecerá toda una tradición, un sentido arcaico y su comprensión, “son imágenes que nos evocan las huellas de nuestra memoria iconográfica”[17], es un 4’33” que nos hace preguntarnos sobre la naturaleza cultural del sonido y el silencio. El arte evoca el recuerdo del pasado desde una comprensión del presente.
El arte también ofrece una nueva experiencia, inusitada, que abre múltiples posibilidades. Cuando John Cage ofreció el 4’33” como una nueva música, una inagotable producción de obras nacieron con esta, pero aparecieron virtualmente, ya existentes, pero siempre como problemas. El actuar humano virtualizado en la primera obra artística, estaba siendo criticado, comprendido, expuesto por su pasado y a su vez impulsado hacia su futuro.
En el juego libre de la fantasía, el artista se encuentra como crítico de la virtualidad.
Ahora que hemos observado detenidamente ambos problemas argumentativos, podremos tratarlos juntos.
La virtualidad como tal nos dirá que la moralidad es producto de una virtualización de la violencia, lo cual resulta ser muy ambiguo.
Tenemos la idea del arte como reproductor virtual de todo acto humano y como crítico de dicha virtualidad. Esa crítica, dijimos, también impulsa desde el pasado hacia el futuro.
Toda ética, incluida en esta los valores[18], se produce del actuar humano y se refiere al actuar humano exclusivamente, ya no como una virtualización de la violencia, sino como expresión virtual de la equidad.
En este sentido, podemos comprender que la característica que comprende el sentido amplio de la Ética (el actuar humano) se encuentra concomitante en la estética y siempre ha sido así. Por ello podemos encontrar en la estética no sólo la crítica a los valores actuales o la remembranza de los valores antiguos, sino también el germen de los valores futuros; no como posibilidad, sino como virtualización real.

Autor: Said Antonio Soberanes Benítez


[1] Cf. Lévy, Pierre. ¿Qué es lo virtual? Ed. Paidós. Col. Multimedia. Barcelona. 1999 pp. 17-25
[2] Ídem. P.17 (el subrayado es mío)
[3] Hegel, G.W.F. Fenomenología del Espíritu. FCE. México. 2003. p. 65
[4] Lévy, Pierre. Op. Cit. P. 73
[5] Ídem. P. 68
[6] Ídem. P. 70
[7] Ídem. P. 72 (El subrayado es mío)
[8] Lévinas. Emmanuel. Totalité et Infini. Ed. Kluwer Academic. Francia. 2001. p. 45
[9] Ídem. P. 46 (el subrayado es mío)
[10] Ídem. P. 54
[11] Tugendhat. Ernst. Problemas de la ética. Ed. Gedisa. Barcelona. 1997 P. 49
[12] Rawls. John; Samuel Freman. Collected Papers. Ed Cambridge, EUA, 1999. p. 388
[13] Ídem. P.393
[14] Tugendhat. Ernst. Op. Cit. p. 46
[15] Rawls. John. Op. Cit. P 393
[16] Cfr. Rawls. John. A theory of Justice. Cambridge Mass. EUA. 1971. y el breve trabajo Justice as Fairness: Political not Metaphysical aparecido en Rawls. John; Samuel Freman. Collected Papers. Op. cit.
[17] Balló. Jordi. Imágenes del Silencio. Ed. Anagrama. Barcelona. 2000 p. 11
[18] En este sentido los trabajos de Hans Joas son muy esclarecedores


Decid� que me conozcan por aqu�, porque parece que necesito que est� en linea esta maldita foto para poder ponerla en mi mentado perfil... Carajo... bueno, ahi va Posted by Picasa

domingo, agosto 14, 2005

Ringu/The Ring La falacia norteamericana contraataca

Acabo de terminar de ver The Ring... ¿Qué tienen los malditos gabachos contra las buenas películas? Tienen que arreglarlas tan mal para que el público gringo pueda digerirlas... Mi pregunta es: SI TANTO LES GUSTÓ A LOS DIRECTORES LAS ORIGINALES, ¿POR QUÉ HACERLE ESOS CAMBIOS? ¿POR QUÉ ROMPER CON LA FORMA DE NARRATIVA ORIENTAL?

Primero, ¿Por qué alargar tanto la escena del principio? Segundo, ¿DE DÓNDE SACAN LA RELACIÓN? ¿Por qué siempre tiene que haber una relación? Tercero, el niño es un maldito soplón... nos cuenta toda la película... Es el peor personaje que pudieron poner.

Por el momento no diré nada más... Debo decir que si alguien quiere ver una película de terror no vea The Ring, sino ringu.

viernes, agosto 12, 2005

Historia de un Día

De pronto empecé a caminar... ¿Cómo no me voy a acordar de Verónica? Si... ¿Por qué llegué a esta pregunta? Me preguntaron (preguntaste) si sabía la identidad de... ¡HOLA, JORGE! No, no estoy mal... Eh... ¿Por qué camino para allá? Una canasta, queremos una canasta... Ese es nuestro objetivo.

No, no hay canastas... Camino (caminamos)... No, no hay canastas... Caminamos (caminas)... NO QUERÍAMOS UNA CANASTA... Me siento (tú no)... Una cesta... me levanto (caminas)... Esa cesta... camino (caminamos)... ¿Un helado? ¿Cómo llegó un helado hasta mis manos? Es increíble como se me... ¿Por qué no nos sentamos allá? Bueno... ¡BARNIZ!... Caminamos (caminas)... Combi... Cesta, no lo olvides... Camino (camino)... MÚSICA... Combi (MÚSICA)... MÚSICA... camino (MÚSICA)... MÚSICA... Entro... Silencio...

martes, agosto 09, 2005

Corridas de toros, el arte del engaño (I)

No hay nada tan patético como una multitud de espectadores inmóviles presenciando con indiferencia o entusiasmo el enfrentamiento desigual entre un noble toro y una cuadrilla de matones desequilibrados destrozando a un animal inocente que no entiende la razón de su dolor. Un baño de sangre anual de mil millones de euros.

Crueldad y decepción

Las corridas de toros son un espectáculo bochornoso en tres actos, de unos veinte minutos de duración, que escenifica la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre y la carne de la que se alimentan, contra toda lógica ética y dietética, quienes creen tener un derecho divino a disponer a su antojo de la vida de otros seres sensibles, llegando incluso a justificar y trivializar la muerte del toro como arte y diversión; un comportamiento patológico que nace de una incapacidad para afrontar el dolor de las víctimas y una morbosidad irrefrenable ante la posibilidad de ser testigo directo de alguna cornada, o de la muerte del matador; un riesgo fortuito, infrecuente (un torero por cada 40.000 toros sacrificados), y sobre todo evitable que, sin embargo, incrementa el carácter macabro de la corrida.

Una caridad cruel e insolidaria

Igual que los carniceros y las guerras, las corridas de toros tienen mala imagen, y no es fácil presentar la muerte como arte, comida o libertad. Pero si el requisito para un festín es la matanza de un animal, y los tiros son los precursores de la libertad, quienes se lucran fomentando la diversión a costa de la vida animal también necesitan justificar y enfocar la atención de los consumidores y usuarios en la supuesta utilidad de sus productos y servicios apoyando obras de interés social; por ejemplo, a través de una corrida de beneficencia, un acto aberrante e insolidario que, sin embargo, puede servir de reclamo al tranquilizar algunas conciencias, sobre todo si el baño de sangre beneficia supuestamente a un asilo de ancianos, las hermanitas de los pobres, una asociación que defiende a los discapacitados como la Fundación Padre Arrupe, o instituciones como la Asociación Española Contra el Cáncer o la Cruz Roja, que también entró a formar parte del negocio taurino con la explotación del servicio de alquiler de almohadillas en la plaza de Sevilla.

La destrucción de cualquier vida, supuestamente en beneficio de los demás, es éticamente inaceptable; pero esto no impidió a las monjas de la Hermandad del Santo Cristo del Consuelo y Nuestra Señora de los Desamparados celebrar el año pasado en Ciudad Real una novillada o “festival taurino-religioso”, incumpliendo el artículo 2.418 del catecismo, donde se dice que hacer sufrir a los animales va contra la dignidad humana. Otro ejemplo pintoresco, impropio de una sociedad democrática y civilizada, que no guarda relación con una actitud solidaria y humanitaria hacia los discapacitados y los animales, tuvo lugar en Alcuéscar, Cáceres, donde el alcalde construyó con dinero público una rampa y una zona especial para que 80 espectadores en sillas de ruedas pudieran ser testigos de un linchamiento repugnante de animales físicamente sanos. La Diputación de Málaga también se ha sumado a este inusitado interés taurino por los discapacitados físicos, aportando dinero público para que la plaza de La Malagueta sea la primera del país en instalar un ascensor para minusválidos, que previamente eran trasladados en brazos por los empleados, habilitando el ruedo para todos los públicos, con la creación de rampas de acceso a la plaza y una barandilla para sujetar las sillas de ruedas.

Las administraciones públicas, propietarias del 65% de las más de trescientas plazas de toros españolas, a pesar de las quejas de la inmensa mayoría de los contribuyentes que no desean apoyar con sus impuestos esta barbarie nacional que los intereses taurinos tratan desesperadamente de mantener e incentivar, siguen exigiendo un mayor número de corridas en los pliegos de adjudicación de los concursos taurinos; una carnicería anual, estéticamente impresentable que, con más de mil representaciones escenificando la masacre de un pacífico animal herbívoro que acaba en el desolladero, amenaza con ahogar con sangre, incluso, el interés de sus más fieles e incondicionales cómplices, ética y físicamente discapacitados, de una cobardía que a todos envilece.

Una siniestra farsa impuesta como fiesta nacional

Detrás de la barrera que les aisla de la sangre, los aficionados y curiosos, adictos a la muerte y al dolor ajeno, se jactan de alimentar un biocidio aberrante y estéril con la compra de abonos que les permiten ver hasta la saciedad un espectáculo nauseabundo en el que se torturan, uno tras otro, miles de veces, seis magníficos animales, condicionados desde el nacimiento para representar, junto con el caballo, el papel más funesto de un fatídico guión, dividido en tres “suertes”, en las que unos siniestros mercenarios muestran su desprecio a la vida, acosando y “castigando” a un noble toro, manipulado y traicionado, con arpones y picas afiladas, hasta que muere, asfixiado o ahogado en su propia sangre con los pulmones destrozados por la espada del matador, o apuntillado con un puñal con el que intentan seccionarle la médula espinal. Pudiendo haber sido sometido, según estudios veterinarios, a toda clase de mortificaciones fraudulentas, incluyendo, además del afeitado (del cual, según el artículo 47.2 del reglamento de 1996, son supuestamente responsables los ganaderos), el suministro de fármacos y purgantes, que actúan como hipnotizantes y tranquilizantes, pudiendo producir falta de coordinación del aparato locomotor y defectos de la visión antes de comenzar la farsa taurina y ser descuartizado por los picadores, que le clavan el hierro de la puya en el morrillo, abriendo, a modo de palanca, un tremendo agujero con la cruceta, cortando y destrozando los tendones, ligamentos y músculos de la nuca para obligarle a bajar la cabeza y poderle matar más fácilmente. Continuando con el suplicio de las banderillas; tres pares de arpones de acero cortante y punzante (llamadas también “alegradores”), que le rompen la cerviz, quitándole fuerza y vitalidad, antes de ser estoqueado por los sicarios de la espada y el puñal; una labor premiada con las orejas, rabos y patas arrancadas de sus víctimas, incluso antes de su muerte, como trofeos que testifican el grado de deshumanización de sus cobardes verdugos y quienes les alientan con el griterío inconsciente o un silencio cómplice.

Las corridas de toros, además de carecer de sentido ético y apoyo social, fomentan el desprecio hacia los animales y la insolidaridad entre los ciudadanos, acostumbrados a permanecer impasibles ante el linchamiento de un ser vivo. No siendo tampoco un espectáculo que cuente con el apoyo incondicional de sus más fervientes aficionados que protestan contra “la invalidez de los pseudotoros” y el incumplimiento reiterado de las normas que regulan la tortura del animal, cada vez más debilitado y “falto de casta”, que sufre la dolorosa indignidad del afeitado, una práctica que implica el corte de un trozo de pitón, dentro del mueco donde se le inmoviliza, sufriendo el llamado lumbago traumático, y destrozándose los músculos y tendones al luchar desesperadamente por librarse del yugo que sujeta su cabeza, saliendo desvencijado en el cajón hacia los corrales de la plaza, a donde llega tullido y sin fuerzas para afrontar los desgarradores puyazos que le inflinge el picador. Un vergonzoso fraude, tolerado y muy extendido, según los propios taurinos, que debería bastar para condenar y aislar públicamente a los matones que han impuesto, con el beneplácito institucional de sus vasallos políticos, este sucio negocio como emblema de la España negra y “fiesta nacional”.

El “arte de matar”: como modelo educativo, religioso y cultural

Aunque haya disminuido el apoyo popular a las corridas de toros, el fin de las fiestas crueles dependerá del grado de respaldo de los medios de comunicación, de los intereses económicos y de las instituciones públicas y religiosas que tradicionalmente las han justificado y mantenido, política y materialmente, a cambio de vender su alma al diablo o al mejor postor, permitiendo la implantación del “status quo” taurino y la pérdida de valores éticos y religiosos del modelo egoísta de sociedad actual, intolerante y cruel, que se manifiesta a través de las retransmisiones taurinas, la violencia deportiva y doméstica y la telebasura en general, con el silencio cómplice, egoísta o ignorante de los votantes que legitiman activa o pasivamente la violencia institucionalizada sin comprender el origen de los conflictos sociales y las guerras locales y transnacionales que condicionan e hipotecan el presente y el futuro de la humanidad.

El fomento de la crueldad y el desprecio a la vida llega incluso a redefinir y condicionar el comportamiento y la identidad cultural de los aficionados a la sangre, a través de nuevos videojuegos como “Torero, arte y pasión en la arena”, con una opción, presentada por un conocido torero, que enseña a dos jugadores las técnicas más refinadas para torturar y matar a sus víctimas virtuales o potenciales. Al igual que los esfuerzos, claramente tendenciosos para presentar una corrida de toros simbólicamente, con descaro o sutileza, como una expresión artística fascinante y respetable, a través del cine o del teatro, en obras como “Carmen” y “Don Juan en los ruedos”, de Salvador Távora, que llenan los escenarios de sangre real, vertida para satisfacer el morbo de los espectadores, o la película “Hable con ella”, del director Pedro Almodóvar, quien organizó corridas de muerte en Madrid y Guadalajara, que costaron la vida a varios toros, destruyendo la magia incruenta del cine para manchar de sangre a los espectadores y hacerles cómplices involuntarios de una atrocidad éticamente incomprensible e injustificable.

Uno de los factores que contribuyen a mantener y fomentar las corridas de toros es el aporte de dinero público de las instituciones locales y regionales a las escuelas taurinas, que surgieron junto a los antiguos mataderos municipales, donde se entrena a niños de doce y catorce años en “el arte de matar”, mediante competiciones y prácticas con terneros y vacas, que sufren atroces heridas e incluso, como en la escuela taurina de Madrid, mutilaciones de las orejas y el rabo antes de morir. Barbaridades que forman parte del ritual tauricida de las corridas, apoyadas y justificadas por representantes taurinos de la cultura, como el escritor y catedrático de ética de la Universidad Complutense de Madrid, defensor de las corridas de toros y de las víctimas del terrorismo, Fernando Savater, quien se jacta de que “las barbaridades a veces también tienen su mérito, su estética y su ética”, justificando demagógicamente la crueldad por no ser, según él, “el objetivo de la diversión”, sino “un ingrediente necesario”.

El gobierno de Andalucía, que también apoya las corridas de toros, justifica las escuelas taurinas que subvenciona haciendo una lectura parcial de los artículos 35 y 46 de la Constitución Española, que tratan del derecho al trabajo y la libre elección de un empleo o una profesión, así como el fomento y conservación del patrimonio cultural español, sin tener en cuenta el artículo 14, que trata del derecho a la vida, sin miedo a la tortura y a un trato inhumano y degradante, que convenientemente no se aplica a los toros y caballos víctimas de las corridas.

Otros factores económicos que contribuyen a mantener las corridas son la asistencia, nada grata, del turista ocasional que apoya, a menudo involuntariamente, el morboso espectáculo y la diversificación económica de los ruedos. Asimismo, mientras algunos ganaderos se benefician de la ayuda económica de la Unión Europea, destinada a la producción de carne, otras subvenciones públicas permiten la celebración de corridas de toros en pueblos y ciudades que carecen de medios económicos para organizarlas por su cuenta. La venta de carne de los animales sacrificados a los gourmets taurinos, que ignoran o desean ignorar la importante liberación de toxinas producida por el estrés de las víctimas y las enfermedades habituales relacionadas con su consumo, como tuberculosis, nefritis y parasitosis hepática, también contribuye a hacer más rentable la masacre taurina.

A pesar de la falta de apoyo público por los espectáculos crueles de las últimas estadísticas, coincidiendo con el auge del vegetarianismo/veganismo y la búsqueda de valores espirituales basados en el respeto a la vida; sin absurdas excepciones antropocéntricas o religiosas, la mafia taurina, que nunca en su macabra historia ha querido saber de leyes de protección animal (incompatibles con su actividad tauricida, destructora de hombres y caballos), trata desesperadamente de retrasar el inevitable fin de una sangrienta dictadura que extiende sus tentáculos por los satélites taurinos de Europa, América y otros feudos potenciales, imponiendo un espectáculo denigrante y remodelando o proyectando nuevos centros de tortura multiuso, con cubierta o techo retráctil, para subvencionar y equiparar el martirio de animales con otros espectáculos musicales y artísticos más lucrativos, como el centro multimillonario de la ciudad de Burgos, previsto para el 2004.

AUTOR: Francisco Martín (Presidente de la AVE)

Fuente: AnimaNaturalis

domingo, agosto 07, 2005

Escribo esto bajo el influjo de ciertos estupefacientes:

Creamos nuevos placeres, placeres que las antiguas sociedades no conocían y que no pueden enfrentarse a ellas ni pueden adaptarse a ellas, porque son nuevos placeres. Creamos, con estos nuevos placeres, deseos insondables y con ello nos convertimos en los verdaderos guías de nuestro destino. El placer de sentirse una nota exclusiva y única.

viernes, agosto 05, 2005

Live N' Louder Rock

En el defe se presentarán Nightwish y Therion, el 8 de octubre de 2005... Ya hay boletos, por ahí regados.

jueves, agosto 04, 2005

La ciudad en silencio


El pensamiento es tarea de vagos y maleantes. Hay que saber perderse paratrazar un mapa: vagar por los márgenes y por el desierto, fuera de lasfortalezas en las que están encerrados la verdad, el bien y la belleza.Sólo los nómadas descubren otros mundos. Hay que saber pervertir la ley--jugar con ella-- y a veces subvertirla --ponerla en cuestión-- paracambiar y/o quitar la ley: provocar malos pensamientos en losbienpensantes, asediar las sedes de la verdad, el bien y la belleza. Sólolos malditos mejoran este mundo.

JESÚS IBÁÑEZ[1]

INTRODUCCIÓN

Cuando en una entrevista Foucault se refiere al deseo y el placer, señala que varios médicos y psiquiatras “’Debemos liberar nuestro deseo’, afirman. ¡No!. Debemos crear placeres nuevos: acaso surja entonces el deseo.”[2], a propósito de ello afirma que “hay que renunciar al descubrimiento de la propia homosexualidad (…) Debemos, más bien, crear una forma de vida homosexual. Un convertirnos en homosexuales.”[3]. La importancia en la frase está en la conversión a partir de una construcción de nuevos placeres que acarreen nuevos deseos y con ello nuevos límites, la renuncia a una identidad dada a favor de una constante construcción y reconstrucción de la identidad.

La intención de este ensayo es poner a luz la afirmación particular de esta propuesta y, por tanto, un proceso de invención de nuevos placeres a partir de la experimentación estética presente en un par de obras de cine y música, estas serán la película de Robert Rodríguez y Frank Miller, Sin City (2005) y la popular obra de John Cage, 4’ 33’’. Dos obras que se relacionan entre ellas por su misma crítica y conversión del silencio.

De la primera obra veremos su trasgresión (y por ello su transformación) de ciertos motivos visuales cinematográficos, para ello utilizaremos a Jordi Balló y su relación de motivos visuales como punto de partida.

De la segunda veremos principalmente su transformación del término silencio, para lo cual usaremos material de la red: La página de Rizomas[4], la página de “El sitio del Topo”[5]. Del primer sitio usaremos un texto sobre música en tiempo no pulsado de una conferencia inédita de Deleuze como fundamento de la argumentación, del segundo usaremos un texto del mismo Cage.

Estas dos obras mostrarán la incapacidad de referirnos a una identidad de ellas mismas por la polisemia a la que remiten, será aquí una afrenta a los dos puntos de vista que se entreven en un texto de Mendelssohn[6]:

La mayoría de personas se queja de la ambigüedad de la música instrumental, arguyendo la dificultad que implica no saber <> al escucharla; sin embargo, cualquiera puede entender el significado de las palabras. A mí me ocurre todo lo contrario.

Queremos mostrar con esto que el arte va en el mismo tono que la observación de Foucault: “La sexualidad es obra nuestra - es una creación personal y no la revelación de aspectos secretos de nuestro deseo-(…) El sexo no es una fatalidad, no; es una posibilidad de vida
creativa.”[7].
SIN CITY Y LA EVASIÓN DEL PENSADOR INMÓVIL

Según Jordi Balló, “lo que tienen de inmanente los motivos visuales en el cine es su poder evocador, ampliamente sedimentado en su historia iconográfica”[8]. Esto refiere a una capacidad de diálogo con el espectador por la construcción de una complicidad entre él y el cineasta que coloca una imagen como ahorro narrativo, pero también como narratividad misma.

El motivo visual es un “momento de mirada” que visualiza la tensión dramática a través del silencio de la escritura; los motivos visuales son, como dirá el autor, “imágenes que en su pluralidad parecen unidas por un objetivo común, el de la búsqueda de la armonía expresiva sin interferencias superfluas. Son imágenes que en su utilización de todos los recursos visuales y sonoros buscan, simplemente, el silencio.”[9].

En el texto se citan, entre otros, 2 motivos que usaremos: La piedad y el pensador.

La piedad nos refiere a una iconografía bíblica: María abraza a su hijo muerto bajo la cruz que le dio la muerte; pretenden, las escenas que siguen ese icono, resumirnos la tragedia colectiva en una tragedia particular. La construcción escenográfica es la de un herido (física o anímicamente) siendo consolado por otro, un otro que está suspendido en el tiempo: atiende en ese instante presente las consecuencias de esta pérdida y sus precedentes.

El pensador está formado iconográficamente por la imagen del pensador de Rodin, el hombre con “el mentón en la mano”, estático y listo para el movimiento. Es un silencioso momento que intenta informarnos del proceso interior del sujeto: Puede estar buscando una idea, puede estar ahogado en preguntas irresolubles o de preguntas con una respuesta intrincada. Según Balló: “El cine basado en la aventura constante minimiza este momento de reflexión, buscando en la actividad permanente la única definición del heroe”[10].

La película comienza con un motivo popular: la mujer que mira en lontananza buscando una salida que está cerrada, un hombre (Josh Hartnett), luego de dispararle, la toma en brazos y espera su muerte. El motivo de la piedad se nos presenta aquí tergiversado, así como el padre que quiere doblegar a su hijo en la película de Padre Padrone (1977) de Paolo y Vittorio Taviani, el personaje que ha producido el sufrimiento es aquel que lo acogerá. La piedad está borrada, pero la voz en off del mismo Hartnett nos continúa hablando de la piedad, de la muerte como el regalo más dulce. El personaje de Hartnett a construido sus nuevas leyes y ha decidido ofrecerle a la mujer que (como él mismo nos lo dice) le han mandado matar un regalo más dulce y bello que todo el amor: La muerte misma.

Una escena de piedad que se nos presenta también es cuando Hartigan (Bruce Willis) yace acribillado en un muelle y una pequeña Nancy Callahan (Mackenzie Vega) va a buscar su regazo. La piedad una vez más se encuentra tergiversada: El herido, el que se acerca a la muerte necesita esforzarse un poco más y reconfortar a la niña; dos sufrimientos, dos heridos se necesitan, pero la tragedia está rota: “Un viejo muere, una niña vive, un intercambio justo” dirá Hartigan en la voz en off. Siempre la voz en off. No hay sufrimiento, no hay dientes de ira contra el que empuña el arma; la tragedia es griega, el personaje conciente de su situación hace su labor hasta el fin; su tragedia está en él, en las decisiones que él está tomando. (Willis lo sigue diciendo, una y otra vez, en esa voz en off).

La tragedia que la película quiere narrar no es la de Hartigan muriendo por oponerse a los que rompen la ley, es la del hombre pensante. La calma solo le ha llegado al final, las palabras en off empiezan a llegar más lento cuando el personaje va a morir. El silencio no existe, la inmovilidad solo viene al final, el silencio solo existe en el momento final.

Podemos afirmar que toda la película es una película de acción, pero esa constante voz en off nos relata una historia alterna, la historia de ese silencio implícito. La película huye del silencio, cada vez que podemos encontrar un lugar para el silencio, nos encontramos con nuestros pensamientos, cada vez que hay un lugar para el silencio, está el otro, el otro que habla y distrae nuestras mentes (Schlub y Klump son dos personajes que entran a escena cada vez que necesitamos romper ese silencio).

El silencio se rompe aún cuando no hay voz, cuando no hay música.

Jackie-Boy (Benicio del Toro) se encuentra con Dwight (Clive Owen) en el baño de Shellie, Dwight lo trata de ahogar en el retrete: El silencio de Dwight no nos habla de un pensamiento, la toma en primer plano de Dwight no nos permite observar un silencio pensante, el silencio solo es el de la acción o el de la muerte. El silencio de Dwight nos está hablando, está haciendo ruido (no solo el agua del retrete por los movimientos de Jackie-Boy).

Marv no puede detenerse, estar estático solo lo hace cuando está muerto; estar en silencio, solo cuando está muerto.

El único pensador de la película es Kevin, el asesino nato y antropófago (sería mejor decir ginófago), silencioso, ningún ruido: él es la misma muerte. Las palabras de Marv nos llegan tormentosamente a la mente: “No grita, aún cuando el perro está saciado y sus entrañas están por todo el lugar; de algún modo se ha mantenido vivo, y no grita, solo me ve”.

El silencio es un asesino nato.

El pensador iconográfico está estático, silencioso, visualiza en su silencio el pasado y el futuro. Está dilatado en el tiempo como una escena eterna. El pensador de Miller y Rodríguez solo existe en el presente, en el instante; no existe en el tiempo, es atemporal; el instante mismo es atemporal. La repetición constante de diálogos pretende decir lo mismo.

“Goldie, dice llamarse Goldie".
“Le quito sus armas… Las dos”.
“Siempre será mía… Siempre… y nunca”.

4’ 33’’ EL SILENCIO ROTO

Tomemos como premisa una frase de Anthony Storr: “Una canción es una forma en el tiempo”[11]. Ante esa afirmación tenemos que expresar como corolario que toda construcción musical pretende darnos a entender una forma.

La construcción musical dada en un tiempo (Cuatro minutos y treinta y tres segundos, por ejemplo) nos dará una forma en la que hay mayor acuerdo que en las palabras[12].

Cuando Cage viajó a Boston entró a la cámara anecoica de Harvard, sobre su experiencia relata:

En cualquier caso, en aquella habitación silenciosa, escuché dos sonidos, uno agudo y otro grave. Después le pregunté al ingeniero responsable por qué, siendo la habitación tan silenciosa, había escuchado dos sonidos. Me dijo: "Descríbalos". Me dijo: "El agudo era el funcionamiento de su sistema nervioso. El grave era la circulación de su sangre"[13]

Lo que puede llevarnos a una conclusión que en el 4’ 33’’ está explícita.

Escenario: Un músico en el centro, inmóvil, haciendo los sonidos que haría cualquiera cuando se está sentado, inmóvil. Cuatro minutos, treinta y tres segundos después agradece y sale.

El silencio que propone esta construcción musical nos llevaría a afirmar según nuestra premisa que la pieza está ausente de forma, que está vacía. Lo que hizo Cage es transportar el escenario al espectador, el constructor de música es cada asistente:

Nunca existirá el silencio, ni siquiera en la cámara anecoica puede existir el silencio. Siempre existirá una forma, pero esa forma está detallada por la naturaleza y el estado mental de cada sujeto. La forma musical está hecha por lo dado, es amorfa.
El tiempo que tomamos para este experimento musical, no es un tiempo regular o irregular, es un tiempo que nunca fue pulsado, un tiempo que, como las hormonas en el cuerpo, tiene su propio ritmo[14]. Pero no tiene una forma determinada, no tiene un fondo, la individualidad del sujeto y su identidad son los que le darán esa forma; una identidad que está creando y, por ello, creándose.

El placer está en movimiento, las imágenes dadas por una película, los momentos sonoros dados por el “silencio” sin imposibles de detener. La construcción artística que implican se presenta como un momento personal, como una labor privada que transforma a la construcción misma en el momento de su creación.

El deseo que constituye una obra artística pretende poner ante la luz las palabras de Foucault: “la identidad consiste en un juego, en un procedimiento para fomentar relaciones sociales y de placer sexual que determinen nuevos vínculos amistosos”[15].

Said Antonio Soberanes Benítez (Esta entrada es original de El espacio y La industria. Fecha: 02 de Agosto de 2005)
NOTAS

[1] http://www.hartza.com/
[2] Sexo, Poder y Gobierno de la Identidad http://www.hartza.com/fuckault.htm (última visita 01/08/05)
[3] Ibidem.
[4] http://rizomas.blogspot.com/
[5] http://www.besalelosdientes.com/topo/
[6] Citado por Anthony Storr en Storr, Anthony; La música y la mente, Paidós, México, 2002 p. 93
[7] Sexo, Poder y Gobierno de la Identidad, op. Cit.
[8] Balló, Jordi; Imágenes del silencio, Trad. Joaquín Jodá, Editorial Anagrama, Barcelona, 2000, p. 13
[9] Ibid. P. 20
[10] Ibid. P 89
[11] Storr, Anthoy, op. Cit. P. 56
[12] Storr da numerosos ejemplos en su obra Cfr. Ibid.
[13] El sitio del Topo, http://besalelosdientes.com/topo/cage.htm
[14] Rizomas http://rizomas.blogspot.com/2005/07/el-tiempo-musical-el-mundo-musical.html
[15] Sexo, poder y gobierno de la identidad, op. Cit.

Agregado

Bueno, agrego una entrada más de esas que me encantan, mientras llueve en Morelia... También agregaré los comentarios que obligaron a una nueva entrada.

Esta entrada fue del 26 de Abril:

Hoy fue todo bello, simple y llano... Fui a la escuela, escuché gratamente el PoyecKt Two de Robert Fripp, y entregué los trabajos que previamente había realizado. Mi pregunta es personal: En México sucedió un verdadero choque de civilizaciones al estilo que lo denomina Huntington, por un lado occidente, por otro lado mesoamérica; bien... Legítimamente las tierras son indígenas, por conquista, son occidentales. ¿Dónde queda el mestizo? Porque el mestizo puede tener rasgos indígenas, pero tiene una educación occidental... ¿Acaso debemos de salir de la patria que nos vió nacer, por tener una educación del conquistador? Pero podemos tener rasgos occidentales, aún así tenemos conductas y conceptos indígenas... ¿Acaso debemos de sacar de la patria a aquellos que no la quieren? Como decían "los prisioneros": ¿Por qué no se van, no se van del pais?

En fin, discutamos.

La burla partidista

Hoy me dediqué a leer un Masiosare atrasado (19 de junio de 2005) y me encontré con unos datos hermosos para trabajar sobre de ellos.

Para los que no sepan el Masiosare es un anexo a La Jornada, periódico mexicano.

Resulta que en el semanario citado apareció un texto de Jesús Ramírez Cuevas en el que hace toda una reseña de las estrategias que los diferentes partídos políticos están tomando para conseguir votos en su contienda para la gobernatura del Estado de México. Un verdadero ridículo.

Por un lado, Enríque "El Guapo" Peña Nieto se siente soñado porque ya puede ir a Las Américas y las personas no le hablan feo... Claro que lo único que les dicen es: VOTE POR MI. Rubén "El Feo" Mendoza se enfrenta a comentarios como "Rubén está muy feo, cómo quiere que votemos por él" (comentario que me parece completamente lógico: Si en este maldito país lo único que hacen los gobernantes es dar la cara, mientras el narcotráfico y algunos demonios nos gobiernan, ¿para qué queremos un gobernante feo?) por medio de kermesses que nos recuerdan a la política de Hank Rhon en Tijuana... ¡VAMOS A LA VERBENA POPULAR! De menos nos darán un "panilindro"... Ridículo. Mientras tanto, Yeidckol se aprovecha de la popularidad de su noviecillo y resulta que como el platanito se la traen (Es decir, se la pela. En otras palabras, no da resultado su campaña).

Después de leer el reportaje me resultó obvio y claro que la política mexicana se maneja más como un reality show que como la búsqueda por las condiciones objetivamente suficientes para construir un México mejor (Empezamos a creer que eso de que es una Utopía es dicho en todo el sentido etimológico de la palabra. No hay lugar para ello). Creo que es mucho mejor observar que Montiel apoya en pleno "comploteo" al "Guapo" saturando de publicidad las calles, que discutir si Jolette (Participante de un realiti chou de acá) es o no una malcriada (Que si me preguntan, diré que no lo es; es una mala actriz, una pésima cantante, una artista deprimente y un ser humano putrefacto. Pero malcriada no, para nada), mucho más dinero en la post-producción del primero que del segundo.

Hay un programa en México que se denomina "El privilegio de mandar" una broma que hicieron los comediantes e imitadores a los principales actores (nunca mejor dicho) de la política mexicana, en el que estos (ya da lo mismo a quien me refiera) se encuentran en una casa muy al estilo de Big Brother (¡POR CIERTO! Me encontré el otro día una revista donde decían que en Inglaterra se harían una serie de experimentos colocando personas en una casa y observando sus reacciones ante la convivencia diaria. El experimento se denominaría Big Brother, en referencia al personaje de 1984... Qué bizarro es todo en este mundo) y tienen que convivir. Las diferencias entre esto y la vida diaria, empiezan a desvancerse; los desagradables y, en algunos casos, vulgares chistes de ese mediocre programa se parecen cada día más a los métodos de campaña de nuestra élite política.

Suficiente desahogo, no. Ya me desahogaré más, más tarde.

Bienvenidos

Bueno, trato de nuevo de empezar a trabajar aquí en blogger...

Lo primero que debemos de señalar es que queremos salir de los espacios que da el trinche msn... Pero bueno, mientras tanto esto será algo así como lo mejor de El Espacio y La Industria que se encuentra en http://spaces.msn.com/members/saidsaid85/ pondremos lo más interesante y ustedes opinen.

Agrego todas las imagenes que use.