martes, agosto 16, 2011

lunes, agosto 15, 2011

Brevísimo

Sí, estoy de acuerdo... Ya no tengo nada que decirte... Sólo quiero verte a los ojos. A los ojos.

Yo las vi pelear

- Neta que yo no sé cómo explicarte, jefecita... Te vi con mi acta de nacimiento y creí que me poseías, que me poseías como se poseen las letras, de manera absoluta y, al mismo tiempo, de forma vaga, irrelevante. Neta, jefecita... Creí que esa forma era definitiva, y que yo volvería a tu vientre como cuando era niña y me asusté y creo que me estoy pasando un poco; pero tú sabes que te quiero, reina, pero no quería que fueses mi dueña, pero sabes que soy tu hija siempre, pero déjame respirar...

- S-s-s-sí...

- Neta, jefecita, eres tú o yo, perdóname...

Silencio, como el resto.

miércoles, agosto 10, 2011

El libro del rostro

Mismo lee el libro del rostro.

Anónimo: Detente. No lo hagas. Abandona estas prácticas destructivas para ti, para el mundo.


Silencio.
Mismo cierra el libro.

Mismo: ¿Por qué? ¿Qué podría resultar destructivo en este mundo?


Silencio.


Anónimo: Abusan de tu intimidad, destruyen tu posibilidad de tener una vida privada, hacen de ti, de todos nosotros, una figura obligadamente pública. Todos saben quién eres, a qué te dedicas, cuáles son tus posturas políticas... El libro del rostro es otra forma en la que el Gran Hermano se presenta. Libérate, déjanos liberarte, déjanos remover ese rostro público de tu cara.

Silencio.

Mismo: Esto es tan complicado... Tan complicado... Que he renunciado a mi libertad. ¿Qué resguardo de cualquier manera? ¿Qué maravillas realizo con mi tan valorada libertad? Soy un zombie, soy la sombra infantil de lo que quieren que sea. Todos. Activistas, políticos, amigos, familiares, amantes, todos esperan algo de mi, no soy libre de ser quien quiero ser, soy la sumatoria vaga de sus deseos... ¿Por qué habría de preocuparme si ellos mismos son la sumatoria vaga de nuestros deseos?

Silencio.

No los odio, entiendan eso; no estoy juzgándolos... O quizá sí, quizá esta sea mi forma personal, si pudiese llamarle así, de decirles que su juego me harta, me hunde, me inunda... Y por eso lo juego.

Silencio.


Anónimo: Pero es la libertad... Nada vale más que la libertad.

Mismo: Voy a morir, sólo esa libertad me queda. Quitarme el rostro no me hace anónimo, sigo siendo el mismo. Volverme anónimo no me hace libre, seguiré siendo la burda suma de lo que quieren que sea. Ser libre no me hace quien quiero ser... Así que déjame leer el libro, no te preocupes por mi rostro, siempre será el mismo, siempre seré el mismo...

Mismo reabre el libro.
Silencio.
Oscuro.

domingo, julio 24, 2011

Extraño

Extraño los besos que nunca me querrás dar,
Las miradas cómplices que no serán mías,
La tristeza que tu recuerdo me pueda mandar,
Los poemas que jamás me dedicarás.

Extraño esas canciones que no cantas,
Las llamadas por teléfono que no me harás,
Los celos que no tendrás conmigo,
La inseguridad que no tienes cuando me hablas.

Extraño es que extrañe,
Pero entre tanto dolor delirante,
Soy tu compañero incierto.

Soy el que nunca extrañarás,
Mas soy el que extraña contigo,
Soy el que escucha tu silencio.

sábado, julio 23, 2011

Shhh!

¿Sabes cual es el problema? Que la filosofía requiere tiempo, espacio, dedicación, alta reflexión y muchas hojas y palabras... Y estoy cansado de ello. Prefiero las frases breves, claras, discretas: Mi silencio.

Desprendido

Tengo la nostalgia de decirte que hoy tampoco pasará nada.

sábado, agosto 15, 2009

10 signos de salud mental

1.Casi las 2.15 am y yo no puedo dormir, los ojos me pesan, la cabeza ya no se concentra y Orishas en este featuring con Cabas y Bunbury suena suavemente en mis bocinas... Leo en el twitter una frase deliciosa...

"Y narrar –lo sabemos con Scherezade- es nuestro modo de seguir vivos."

2. ¿Sabría decir las palabras que tengo que decir esta noche? No. Pero puedo narrarlas.

3. Solitario, leo el mensaje que mi sobrino manda por un medio de comunicación actual donde me pregunta por mi situación. ¿Qué puede importar? Y sin embargo, trato de explicarle que la situación económica me ahoga, que la soledad me abruma y que la humanidad me aburre. Y la conclusión es que de este lodo que me he inventado, salgo yo, porque yo lo hice; salgo yo, porque así fue planeado. Y eso me pesa. Planes, planes. Me ausento en los planes que me trazo, y el cariño que produzco desaparece en las sombras.

4. Elegua abre las puertas de la tristeza y de la felicidad.

5. Las puertas de mi conciencia, ceden... Ya no estoy despierto, pero no totalmente dormido; la cafeina que infecta mi piel se saborea en cada uno de mis pensamientos insensatos. Escribir un mensaje, compartir un link y escuchar una canción se vuelven figuras dramáticas en una obra teatral infame que ningún público está preparado para presenciar. Miro incluso mis manos y ya no parecen mías.

6. Tengo la necesidad de escribir, quizá este párrafo y el anterior no tengan relación, pero necesito decirle toda esta nada a alguien (que por ser "alguien" es nadie). Quizá Lacan tenga razón y sea amor... El resto de palabras que quieren salir son improperios, demandas, gritos y rasguños.... Gritos y rasguños...

7. Un grito. Una extensa vocal abierta que rasga mi garganta (mañana lo lamentaré) y me rodea posesivamente. Un rasguño. Un gesto físico que termina inconcluso. Soy más feliz cuando el mundo y no uno solo se entera de mi.

8. Ser es ser visto. Diría yo, ser es ser sentido. ¿Puedes sentirme, amor? La última cosa que puedo ofrecerte es mi sonrisa... Esa que con los años se ha vuelto maliciosa.

9. Descargo mi insuficiencia en el monitor, ¿seré suyo como nunca seré de nadie más? A veces, me atormenta el haberme metido a este estúpido Futuro del que ya no puedo salir. Ya no soy yo, ya es el teclado que funciona a través de mis dedos. No es la técnica la que me gobierna, es la técnica la que se vuelve parte de mi.

10. Que absurdo se ve todo desde abajo. Respiro profundamente y me desconozco. Yo soy otro. Las palabras comienzan a dejar de tener sentido, quizá deje de escribir, pero entonces tendré que buscar una nueva forma de narrar, por que si no les narro, moriré.








Fuera de mi, Llueve.

jueves, agosto 13, 2009

"Nómada, las mujeres se mueven" Exposición colectiva en el MACAZ

Hoy fue un día extraño, tomé el auto para dirigirme al MACAZ y, en un alto reglamentado por un semáforo, un vendedor informal anunciaba desde lo lejos, en un cartel improvisado, que su producto eran "Libros para Iluminar", perdido en mi propio inframundo y ausente de todo sensus comunus me pregunté si serían libros muy formales en los temas de iluminación o algo más introductorio para un público menos educado. Cuando tomé conciencia de lo obvio y absurdo que era el sentido correcto del cartel, me avergoncé de lo poco conectado que estaba con el mundo... Y sin embargo, me dirigí al MACAZ a ver la nueva exposición que se inauguró el 7 de Agosto de, este año, 2009 y que clausura el 11 de Octubre de este mismo año.

Nómada en el MACAZ

Llegué y me registré, como usualmente suelo hacerlo, como si fuera la primera vez (¿Y los derechos de autor?) y pregunté, de nuevo, si no me darían algún tipo de comprobante (con un simple número en papel bond me conformaría) a cambio de dejar mi mochila con su policía-guardia de seguridad; la respuesta siguió siendo la misma. Sin comprobante alguno, pero libreta en mano, pasé sin detenerme siquiera por la exposición-relectura del acervo del museo, "mujer" (qué deliciosa forma de mostrarnos desde el título la poca originalidad de esta lectura, de la cual no hablaré más), y subí a la planta alta donde me recibió un cuarto repleto de cédulas de información...

Seré sincero, el día de la inauguración, preferí quedarme en la exposición "Luz Diversa" que guarda la escuela de fotografía "Fábrica de Imágenes" y desde ese día pregunté infructuosamente ¿Qué están inaugurando en el MACAZ? Quiero decir, hasta el momento en que entré en este primer cuarto, ignoraba totalmente qué había en el museo.

Resultó ser una exposición colectiva de Elizabeth Ross, que conozco de vista pues es una mujer activa en esta comunidad artística y está en todo evento que pueda; Cristina Fernández, foto-periodista barcelonesa que desconozco, Teresa Puig, artista visual también de Cataluña, y una participación breve, al menos en esta versión de la exposición, de Dorothea Fleiss (de quien no vale la pena poner su web page, porque no la actualiza desde 2007). Nómada, las mujeres se mueven es un trabajo que lleva ya casi un año viajando por España, Alemania, Noruega, Estados Unidos y ahora México. Es un trabajo al cual uno no puede acercarse ya con frialdad, porque está bañado de la emotividad itinerante.

La exposición fue una revisión sobre la experiencia que tienen las mujeres migrantes con sus familias abandonadas y de las mujeres que son abandonadas por su familia migrante toda ella. Un tanto sentimental la exposición, uno pasa de la empatía a la confusión con facilidad a través de las distintas formas de video-arte donde se excede un poco del video documental; esta es la forma fundamental en que participan las otras integrantes de la exposición que es dominada por los trabajos de Ross. Y aunque las intervenciones que hace Ross son deliciosas ("Cartas" sin duda mi serie favorita de la exposición, permite a las retratadas intervenir sus fotografías con cartas a sus queridos), en el caso de "Veliz de Identidad" y "Una sola tierra" no puedo sino recordar el reclamo de Avelina Lesper al arte contemporáneo que luchando tanto contra el museo se volvió dependiente de él para lograr sus 'descontextualizaciones'; reclamo que suena más fuerte cuando veo la exposición generosa en cédulas informativas sobre cada una de las obras.

En general, la exposición cumple con su cometido, y pese a que pueda parecerles una experiencia pesada, es informativo y bastante poderoso el medio para comunicar el mensaje. Salí de ahí con una sensación de temor y compasión, pensando que lo que había visto era una obra de teatro adecuada a los principios aristotélicos. Claro, el día terminó igual de extraño: cuando regresé y la niña que trabaja de viene-viene en los alrededores del museo me pidió la cuota de recuperación por haber cuidado mi auto y auxiliarme en mi desocupación del espacio de estacionamiento... Tuve un momento de inacción repleto de significados que la muchacha jamás llegará a comprender, quizá porque no lo vió, quizá porque no le importa.