domingo, diciembre 30, 2007

Cuentista fracasado

Suelo tener muchas ideas para realizar cuentos, aparecen vomitando razones para ser escritas; recordándome, sin embargo, una multitud de razones para escribirlas con calma, o para no escribirlas en lo absoluto*.
Todo esto comenzó cuando tenía 12 años, donde mi sueño era un FanFic de Dragon Ball Z; la historia era sencilla: los seres humanos se daban cuenta del peligro que existía en tener a un saiyajin entre sus habitantes, la inminente decisión de eliminar a todos los saiyajins de la tierra dejaría a Goku en una encrucijada moral; ahí es cuando nos daríamos cuenta que todo esto es recordado por un clon-Goku justo en el momento en el que recupera la conciencia. Evidentemente, todo ese problema de la conciencia y la memoria que pudiera tener un clon acerca de su antepasado me hicieron dejar el proyecto.
Mi siguiente idea era crear un mundo, un mundo de fantasía donde todas las historias de mi mente se decantaran. Tan complicado como poco original que mi incapacidad para enfocarme logro vencer en esa ocasión.
Las ideas van y vuelven, y regresan. Las historias donde el final es claro y conciso como aquella donde la chica finalmente averigua que aquello que todo lo cura está justo dentro de su cabeza (historia que los chicos de 'el secreto' me robaron... Lamentablmente sin prestar mucha atención al lapsus linguae que tanto me gusta); o aquella donde el muchacho entra en un time loop justo frente a un starbucks. Historias aterradoras y preciosas que quedaron perdidas en mi mente. Quizá un día, después de ver una lenta y dramáticamente vacía película (como fue el caso), pueda decirlo sin problemas.