El clasificar a los homosexuales por el papel que juegan en las relaciones sexuales, es decir, en pasivos o activos, es un intento de asimilarlos a los tradicionales roles genéricos heterosexuales: masculino, femenino; hombre, mujer.
Este intento de asimilación es por completo erróneo. En primer lugar, lo que haces en la cama no tiene nada que ver con que tu comportamiento fuera de ella, sea más masculino o más femenino. Hay homosexuales femeninos a quienes no les gusta ser penetrados, y hay homosexuales masculinos a quienes les encanta. En segundo lugar, no todas las relaciones homosexuales incluyen la penetración anal. En tercer lugar, hay hombres heterosexuales a quienes les complace la estimulación anal, y eso no los hace menos heterosexuales ni menos hombres. Finalmente, ¿por qué utilizar una clasificación genérica que no funciona ya ni para los mismos heterosexuales?
Todos los seres humanos tenemos características que tradicionalmente han sido atribuidas al género masculino o al femenino, es decir, las mujeres también pueden manifestar agresividad y los hombres, ternura, por poner un ejemplo. Aunque socialmente no sea bien visto que un hombre llore o una mujer demuestre su ira, etc. Pero esto es sólo una convención social que puede y debe ser cambiada. Sólo podemos ser personas plenas si desarrollamos ambos aspectos de nuestra personalidad.
Original de Saúl Ordóñez en Corpus
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