sábado, septiembre 03, 2005

Surrealismo

El andar me lleva al camino de las estatuas vivientes...

...Un frío viento promete herir las heridas que no han sido abiertas, mientras que una gruesa lluvia hiela hasta el más profundo sentimiento de amor y desamor. Una solitaria plaza acompaña el ritmo original de una tormenta, solo puede existir una banda dominguera haciendo el contrapunto. El sonido de "La Cabrona" se eleva suavemente por entre las gotas y llega hasta los transeuntes que se esconden cómodamente bajo barrocos arcos que traen consigo una historia destrozada y destronada... Ese es el sonido de la tierra...

... Lluvia, automóviles y un sentimiento de desprecio en el aire. Mientras tanto, los soles artificiales comienzan a encenderse, dando al ambiente un toque macabro de inseguridad. Incluso después de elegir el transporte colectivo, la vulgaridad se encuentra extendida a través de esos pequeños glóbulos mecánicos...

... Foucault y una radio, el Temor al peligro de la intemperancia y un tiro de México que casi se convierte en gol, la conducta valiosa de la fidelidad y el ruido de estática producto de los limpia-parabrisas, la silueta de un transtronador de las funciones sexuales y un alto total de alto riesgo...

...Sólo el final es valioso, un camino que limpia a la mente de la voz inservible... Un camino de donde las estatuas se han retirado... Un camino donde sólo el final es valioso.

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