Estuve a millones de kilometros de aquí, estuve con un solo individuo, con una sola persona. Así que conversamos y mientras conversabamos afinabamos mundos que debían afinarse, arreglabamos problemas tan antiguos como la realidad.
Esto fue dando a relucir la existencia de, no podría decir jurisdicciones, tal vez jurisprudencias, de autoridades que se conformaban a nuestro paso y que nos gobernaban a nosotros mismos, aunque se hubieran creado en el instante en el que caímos en su realidad.
Cada segundo pasabamos conformando el universo con palabras que brotaban de mi piel, palabras que primero producía y luego lanzaba al vacío para que fueran creando realidad. Sudar las palabras, gastar el cuerpo mientras que creo el mundo que me gobernará, gracias a que lo conformé.
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