Vengo regresando de un pequeño viaje que hice a Cuautla, tengo varios comentarios que hacer que a su debido tiempo acompañaré con las imágenes correspondientes. Será ésta una serie de 3 entradas: Cuautla, Oaxtepec y Tepoztlán.
Lo primero que visitamos fue, claro está, Cuautla... Una ciudad simpática con gente muy rara, donde los taxis (algunos de ellos) apoyan la diversidad colocándose los colores del arcoiris... Algunos dirán que son taxis gays, pero la verdad es que solo apoyan a los diferentes (no sé si decir lo mismo de los taxistas). La gente es muy moderna, ha dejado de utilizar el término puto, maricón, joto y ahora dice GAY... Por lo demás, nada ha cambiado, Gay o Bisexual... Querido, eres un monstruo.
Las tradiciones del pueblo sobreviven, me pareció genial ver como en pleno centro tomaron un carro y cerraron la calle y se pusieron a hacer una posada... REALMENTE GENIAL.
¡Ah! También es genial que te cobren $20 por un litro de alcohol... Bueno, no diré más respecto a eso.
Habría que levantar la voz para decir que la cecina de Yecapixtla que llega hasta Cuautla es una comida orgásmica, pero que puede llevarte a los cielos sin problemas si lo acompañas con un queso casero de la ciudad. Tener en tus labios un queso que es suave, casi como si tuvieras requesón en la boca pero el sabor mucho más delicado, no tan rasposo como el requesón. ¡Traten de comer queso de Cuautla!
Hasta la próxima, donde platicaré las desgracias de viajar sin saber a un pueblo a donde has vivido buena parte de los veranos de tu vida.
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