Tengo tiempo trabajando en las descripciones, porque solo he querido hablar de ti, pero siempre escapas. ¿Cómo escribirte cuando tu recuerdo se va carcomiendo en mi pasado? Te buscaré en mi lugar común.
Tu cabello es corto, eso ya lo sé; o lo sabía.
Si bajo por tu rostro, como si te tocara, encontraría tu piel,
esas cejas delineadas por la difícil redacción de tu cordura.
De todas las miradas que puedes ofrecerme la que nunca me has dado es la que más me gusta.
De cuando en cuando,
imagino que acaricio tu mejilla.
No sé como sean tus senos,
pero sueño con una palabra hecha frente a tu cuerpo.
El resto no sé,
quizá tengas piernas dañadas,
quizá tus nalgas me recuerden destellos pasados,
quizá tus pies me hagan llorar y tus brazos me aten.
Quizá ni siquiera te vea, quizá solo seas una invención.
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