jueves, septiembre 06, 2007

Nessun Dorma

Nadie canta una canción como alguien más, es cierto y obvio. Una afirmación del tipo: "Nadie cantaba esta pieza como lo hiciese Pavarotti" es tan obvia que haría de esta afirmación una verdadera perogrullada...
Sin embargo, debemos decir que pese a que, particularmente, creo que la velocidad de Pavaroti era generalmente acelerada, su dicción era divinamente agradecida, a diferencia de la pronunciación tristona y chapucera de Rubén Dominguez (fíjense cuando dice sulla tua boca... parece que dice chulada boca, su formalidad al cantarla contrasta totalmente con las sobre actuadas versiones de Ihsan Ekber o Plácido Domingo (particularmente me parece que Ekber no tiene la potencia suficiente para vanagloriarse como lo hace y Domingo es toda una diva del escenario), y sin embargo no se excede en esta, haciéndola una obra emocionalmente llena, no per-versa ni vacua (como sinceramente resulta la de sergej larin en la versión de 1998). El sonido sin par se hace presente cuando llegamos a los últimos compases: Comparativamente, ningún tenor, ni Carreras, ni Ekber, ni Larin, que cantase esa canción alcanzaba con tanta precisión las notas como lo hacía Pavarotti. Sin necesidad, como algunos (no diré nombres), de puentes para alcanzar la fuerza en la tercera sílaba de vinceró ni de muletillas en una nota diferente... Pavarotti con la precisión que solo él tenía, podía incluso extender esta tercera sílaba hasta el cuarto tiempo del compás de entrada de la orquesta...

Creo que yo extrañaré al único y desconocido príncipe... Creo que extrañaré la voz de Calàf, el que se consagró como tal en 1972 con la orquesta filarmónica de Londres. Exequias a Pavarotti.

2 comentarios:

Beatriz Pimentel dijo...

Creo que te podría criticar muchas cosas, incluso tirarte brea y decirte que eres un ñoño mamón jajaja. Pero la verdad es que admiro esa dedicación a la música, no todo el mundo sabe escuchar opera con esa precisión. Personalmente no me gusta mucho,particularmente Placido Domingo me choca, pavarotti me ha llegado a gustar porque esas vacas por algo son sagradas (no por decir que pavarotti parezca vaca aunque..).
Realmente a veces me sorprende ese oido tuyo.

Besitos

nacho dijo...

Con sus bemoles, comparto contigo la admiración por Luciano; el problema de la aceleración en el tiempo de la música clásica (bel canto, etc.) es un mal del siglo XX, lo mismo que la elevación artificial de la afinación (al incómodo La 440, ese adefesio bastardo). Como el propio Pavarotti reconoce, su alter ego fue Franco Corelli, de lo mejor en la historia de la ópera, sus interpretaciones del Nessun Dorma (del Turandot en general) fueron una escuela de perfección vocal que no alcanzó Luciano, si bien su voz era un portento de belleza, de ahí que "gallear" fuese una constante en la etapa madura de su carrera, un defecto que todo mundo le perdonaba por su carisma; su capacidad pulmonar abonaba a la espectacularidad y era sin duda un atributo de Pavarotti, un signo distintivo, indudablemente.
Plácido es un gran cantante que podía encarar papeles que resultaban complejos para Luciano por ser diferentes tipos de tenor, respecto a la dicción pues ahí sí, ni hablar, tampoco Pavarotti era una lumbrera cantando en español, como lo demostró en incontables ocasiones, pero eso es peccata minuta para el público especializado.
El chino Yu Qiang Dai, quien podría considerarse seguidor de Luciano, ha realizado interpretaciones fabulosas de esta aria, y junto con Corelli serían mis recomendaciones alternas.
Recordaremos a LP por su indudable contribución a popularizar el canto lírico en una época en la que la fealdad toma carta de residencia. De ese fraude británico llamado Paul Potts mejor ni hablar.
un fuerte abrazo...
nacho mondaca