Platicas

No importa cuantas veces converse eso, me encantan las pláticas de modismos, de versiones, de interpretaciones, de formas de ver el mundo... Creo que no puede definir una identidad, pero puede dibujarnos un contorno.

Pensaba que es la plática que hacemos todos los días, cuando yo le digo a alguien que el Poema20 de Neruda me mata cuando dice "Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido"; que, cuando continúa recitando mi mente, ya está tan nublada que un verso tan hermoso como esa reiteración de "mi alma no se contenta con haberla perdido" no termino de digerirlo... Lo trago como se tragaría un pedazo grande de carne, dolorosamente. Y estoy compartiendo mi versión, mi forma de ver el mundo. No terminamos de configurarnos, cada día que pasa descubrimos que el dibujo es novedoso y el contorno es tan exacto como inexacto.

No escribo bien, quizá sea la comida, quizá sea mi tan citada impulsividad que no me permite saborear lo que escribo, porque lo devoro (eso explicaría porque no puedo disfrutar lentamente ese poema), quizá simplemente sea que las cosas están mezcladas y están ahí... De otro modo, ya no serían ellas mismas, sino cadáveres de lo que fueron.

Tomaré el metro, bajaré en Gran Vía, cruzaré Montera y una prostituta me dirá que si tengo fuego adentro y afuera, compraré un libro, me sentaré en plaza de Santo Domingo luego de caminar un largo trecho (solo por esa vulgar curiosidad turística de ver construcciones inacabadas y prostitutas extranjeras) y haré como si lo l... Miraré a la gente y me sentiré desfasado, desfasado y solo. Respiraré con amarga dulzura y regresaré al Colegio, ahí nos darán una cena vergonzosa y después, quizá, bebamos algo. Quizá, de nuevo, ese sea un buen momento del día.

No falta nada, me gusta mi soledad... Pero a veces, le canto lo que a la hermana duda. Y nada, que no ha llegado esa noche.